Minuto 5 de partido. El primer clásico de la liga empieza con una jugada de ataque del Barça. Luis Suárez se acerca a la portería de Casillas con el balón en los pies cuando de repente Pepe aparece en escena y le roba el balón con una dura entrada.
Pepe: ¡Uy Luis! Mis más sinceras disculpas. Lo último que hubiera querido en nuestro primer encuentro es causarte algún tipo de molestia con mi desafortunada entrada.
Luis Suárez: Queridísimo Pepe. De ninguna manera desafortunada. Son los gajes del oficio. Sé que en ningún momento tu intención fue causarme daño alguno.
Pepe: Eres muy amable. He de decirte que estoy encantado de jugar contra un futbolista con unos principios morales tan elevados, y con los cuales yo también me identifico... Por cierto, has bajado de peso, ¿no?
Luis Suárez: ¡Ay, sí! Gracias por fijarte. Es un honor escuchar tan halagadoras palabras de la boca de un defensa tan pulcro y educado como tú.
Pepe: Aprovecho esta agradable conversación para permitirme la osadía de proponerte un cordial intercambio de camisetas al final del partido.
Luis Suárez: ¡Faltaría más! Te prepararé la camiseta junto a una caja de bombones que tengo guardada en el vestuario.
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